Queridos Hermanos,
Miembros de la Gran Familia de San Camilo,
Trabajadores de las obras camilianas, Amigos y Colaboradores:
Después de los comunicados, breves y concisos, de los últimos días, nos acercamos a vosotros con esta carta para compartir los sentimientos que estamos viviendo en estos momentos y para invitaros a superar, unidos, el dolor y la confusión causados por la detención de nuestro Superior general.
Mientras esperamos que la Justicia, en la búsqueda de la verdad, ponga luz plena sobre los sucesos acaecidos, expresamos nuestra cercanía, afecto y oración al P. Renato.
Nos han entristecido, las formas en que determinados medios de comunicación han difundido y comentado lo sucedido.
De nuestra parte, después de haber facilitado información con comunicados breves pero veraces, hemos aceptado entrevistas con el fin de situar los acontecimientos en su justa medida.
En este difícil momento, nos proporciona consuelo la cercanía de tantas personas e instituciones que no han dejado de subrayar el testimonio hacia nuestra Orden, la cual siguiendo el ejemplo de San Camilo, ha ofrecido y sigue ofreciendo en tantas partes del mundo.
Decididos a intervenir activamente en la superación de la presente crisis, nos estamos valiendo de la colaboración de abogados, expertos en Derecho Canónico y de los contactos constructivos con la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica.
Queridos hermanos, Miembros de la Gran Familia de San Camilo, Trabajadores de las obras camilianas, Amigos y Colaboradores, en su larga historia, nuestra Orden ha debido afrontar muchos momentos difíciles y lo ha superado con el recurso al Señor, con la intercesión de la Virgen María, Reina de los Ministros de los Enfermos y la de nuestro Santo Padre Camilo.
En la curación de las heridas causadas por las crisis han sido siempre de gran ayuda la unión de los religiosos y su renovado compromiso en el ejercicio de la caridad misericordiosa hacia los enfermos.
Esto es lo que se requiere de cada uno de nosotros en este momento, evitar pronunciamientos críticos y juicios sobre personas y hechos, reforzar el sentido de pertenencia a nuestra familia religiosa y demostrar con nuestra generosa fidelidad al carisma que lo que ha sucedido en estos días no va a interrumpir de ningún modo el camino de nuestra Orden.
Creemos oportuno que las iniciativas previstas para la celebración del IV Centenario de la muerte de nuestro Fundador deben continuar siendo realizadas, adoptando preferiblemente un estilo basado en la sencillez.
Un mirada creyente a las experiencias críticas de los individuos y de las comunidades nos invita a vivir este momento doloroso como una oportunidad de discernimiento, de purificación y renovación. Acojamos, pues, con generosidad esta propuesta.
Queridos hermanos, a las Hermanas y miembros de la Gran familia Camiliana y a todos los colaboradores de las obras camilianas llegue nuestro vivo agradecimiento por la cercanía y la oración con las que nos hemos sentido acompañados.
Y a vosotros, enfermos, ancianos, sufrientes, “nuestros amos y señores” (como les llamaba San Camilo) os aseguramos que todo lo que hacemos tiene como única finalidad vuestro bien. Os pedimos la contribución de vuestra oración en este momento especial.
En Cristo y en San Camilo, Roma, 15 de noviembre de 2013
La Consulta general de la Orden de los Ministros de los Enfermos
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