J.C.Bermejo, Envejecimento en la vida religiosa, Desclée De Brouwer, Bilbao, 2013

La vida consagrada no envejece. Ya ha envejecido, al menos en Europa. Los religiosos y religiosas viven con no pocas preocupaviones y pregunta con ocasión de este hecho. ¿ Podemos sentirnos igualmente apasionados por Jesùs y su proyecto al ver que se puede “acabar nuestra historia”? ¿ Morirá nuestro carisma? ¿ Quién y cómo nos cuodamos ahora que somod mayores y necesitamos ayuda? ¿ Qué hacemos con nuestra obras y proyectos?

Estas páginas quieren ser un reclamo de sanación personal y comunitario especialmente para los religiosos y religiosas mayores que pueden ver dificultada su salud no solo fisica, sino también mental, emocional, relacional y espiritual. Presentan peligros y posibles “patalogías relacionales”, asi como la necesaria sanción interior centrándonos en Jesús.

En el fondo subyace la pregunta por cómo vivir saludablemente la soledad y, en particular, qué hacer con lo que muchos institutos viven de manera preocupante, algunos incluso angustiosa: qué hacer con las “obras proprias”, los colegios, los hospitales, las residencia u otros centros de servicios sociales que, con el envejecimiento, no tienen posibilidad de subsistir con el mismo liderazgo con el que surgieron y se han mantenido durante décadas.